Después de fusionar a su pueblo, Rúa consiguió adquirir el titulo de <> de Constantinopla, junto con un estipendio de 350 libras de oro. A su muerte (433-434), el poder quedo dividido entre sus sobrinos Bleda y Atila. Ambos hermanos prosiguieron su avance por la orilla derecha del Danubio, en la región de la mesia, exigiendo un tributo mayor. Cuando en el año 446 fue asesinado Bleda, Atila reunió todo el poder, que muy pronto hubo de gravitar sobre Bizancio. En efecto, al siguiente año de la muerte de su hermano, sus hordas invadieron bruscamente la mesia (actual bulgaria) al norte de los Balcanes, y devastaron la tracia y la macedonia, llegando hasta las termópilas. Las villas y fortalezas destruidas se elevaron a 70, y mortandad fue tan horrorosa, que algunos meses después el historiador Prisco atravesó la llanura de nich, y la encontró sembrada de cadáveres. El culto soberano Teodosio II tuvo que comprar la paz a un elevado precio: aumento de tributo anual a más de dos mil libras de oro, y evacuación de las tierras del Danubio citerior. El escritor Prisco, ya citado, que intervino en una de las embajadas para aplacar el furor de Atila, nos lego curiosos detalles de su expedición: en ella pudo contemplar la entrada del rey de los hunos en la capital, probablemente emplazada en las cercanías de Pest. Entre cantitos de alabanza, entonados por coros de doncellas, la mujer del primer ministro ofreció a Atila manjares y una copa de vino, que el tomo sin apearse del caballo. Los hunos poseían entonces lujosas mansiones construidas en madera, sobresaliendo entre ellas el palacio central. Una de ellas pertenecía a Kerka la esposa favorita a quien los enviados hallaron sentada en finos cojines, rodeada de sus sirvientas. Las paredes se hallaban decoradas con tapices de lana, y las costumbres de los romanos eran imitadas con fervorosa predilección, siendo conocidos el uso de las termas, y el mayor refinamiento en los banquetes. Atila, sin embargo, se mantenía fiel a sus costumbres guerreras, y solo comía carne, servida en un plato de madera, y libaba de una tosca copa. Sus generales, en cambio mostraban las armas y arreos, recamados de pedrería.
La confusión que reinaba en el imperio de Occidente, bajo el débil Valentiniano III, atrajo el interés del rey de los hunos, a manera de desafió, reclamo por esposa a Honoria, hermana del emperador la cual, llevada al parecer por un extravió sentimental, reclamaba Atila la mitad de las provincias Occidentales.
En Enero de 541 inicio Atila la avalancha de sus abigarrados ejércitos, remontando el Danubio por ambas orillas. En Basilia paso el Rin, y ocupo las ciudades de Colmar y Trevelis. El 7 de Abril tomo por asalto la villa de Metz; y en Reims, habiendo salido a su encuentro el obispo Nicasio.
Asediaba Atila la población de Orleáns cuando fueron vistadas las tropas del general Aecio, de las que formaban parte un contingente de visigodos, mandados por Teodorico, renunciando a su proyecto, Atila, llamado el <<>> se vio obligado a replegarse hacia el Rin.
Torciendo su ruta subió por el Adige hacia Augsburgo, que sus barbaras huestes saquearon. Mas aquella fue la ultima campaña del belicoso Atila: al dia siguiente de celebrar sus bodas con una bella esclava, denominada Ildico, le hallaron en su lecho, bañado en sangre, al lado de su esposa deshecha en llantos ( año 453 ) los funerales del rey de los hunos fueron crueles y magníficos.
La confusión que reinaba en el imperio de Occidente, bajo el débil Valentiniano III, atrajo el interés del rey de los hunos, a manera de desafió, reclamo por esposa a Honoria, hermana del emperador la cual, llevada al parecer por un extravió sentimental, reclamaba Atila la mitad de las provincias Occidentales.
En Enero de 541 inicio Atila la avalancha de sus abigarrados ejércitos, remontando el Danubio por ambas orillas. En Basilia paso el Rin, y ocupo las ciudades de Colmar y Trevelis. El 7 de Abril tomo por asalto la villa de Metz; y en Reims, habiendo salido a su encuentro el obispo Nicasio.
Asediaba Atila la población de Orleáns cuando fueron vistadas las tropas del general Aecio, de las que formaban parte un contingente de visigodos, mandados por Teodorico, renunciando a su proyecto, Atila, llamado el <<>> se vio obligado a replegarse hacia el Rin.
Torciendo su ruta subió por el Adige hacia Augsburgo, que sus barbaras huestes saquearon. Mas aquella fue la ultima campaña del belicoso Atila: al dia siguiente de celebrar sus bodas con una bella esclava, denominada Ildico, le hallaron en su lecho, bañado en sangre, al lado de su esposa deshecha en llantos ( año 453 ) los funerales del rey de los hunos fueron crueles y magníficos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario